Una leyenda urbana nos da una frase de Groucho Marx (no es de el) que me viene perfecta para ilustrar está pequeñita entrada.
“Estos
son mis principios pero si no le gustan, yo los cambio”.
En este blog podéis ver
la historia de una empresa como Nec, que es la más importante para todo un país
y la que crea gran parte de todas las infraestructuras tecnológicas que son y han
sido el futuro de un país por más de cien años.
A menudo se habla de
Nintendo una empresa brillante en toda su historia, la realidad es que
sencillamente en sus inicios y bastante después sobrevivió como una empresa más
y sin ninguna importancia en nada.
Pero no quería dejar de
enseñar un producto que puedo decir que casi nadie de aquí sabe que ni existe y
que muchos ni han visto y que deja muy a las claras la hipocresía de una compañía
que es humo.
Como dice la frase
inicial sencillamente voy a venderte algo y mis principios únicos son:
mantenerme pequeña para poder repartir mejor los beneficios entre los cuatro jefes y dar una imagen total y absolutamente falsa además de totalmente artificial.
Somos nuestra historia y
mientras unos fabricaban todo el entramado tecnológico de uno de los países más
importantes de nuestro mundo, otros su mérito era fabricar esto.
Somos lo que es nuestra
historia y la historia de Nintendo antes de consolas es sencillamente entre
vergonzosa, anodina y ridícula, es lo que hay y si no te gusta puedes jugar a
esto de aquí abajo.
Como
vemos la mojigata mentalidad de Nintendo depende de la época, al igual esos
valores que tan a menudo cambian según les conviene.
También decir que estos juegos de cartas eran controlados en locales por la Yakuza y de siempre se ha “sospechado” en esa época que Nintendo como fabricante de cartas y los Yakuzas como mafia tuvieron algún tipo de "relación" de la que Nintendo siempre ha, digamos, mirado hacia otros lados.
Nintendo es la Walt
Disney oriental sencillamente una compañía hipócrita, superviviente porque
nunca ha tenido la menor vergüenza de vender su culo y de mentir descaradamente y porque no, de decir hoy una cosa y mañana la contraria.
¿Hacemos unas partidas de
cartas?...